BUSCA MI ROSTRO más y más. En realidad, apenas estás comenzando tu jornada de intimidad conmigo. No es un camino fácil pero es un camino encantador y privilegiado: la búsqueda de un tesoro. Yo soy el tesoro, y la gloria de mi Presencia resplandece a lo largo de la ruta.
Las adversidades son también parte de la travesía.
Yo las asigno cuidadosamente y en las dosis correctas con una ternura que difícilmente te podrías imaginar. Que las aflicciones no te hagan retroceder puesto que ellas están entre mis dones favoritos. Estaré confiado y no temeré, porque el Señor es mi fuerza y mi canción.
SALMO 27.8; 2 CORINTIOS 4.7; ISAÍAS 12.2