«El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; tú, oh Dios, no desprecias al corazón quebrantado y arrepentido» (Salmos 51:17).
El jugo de la sábila o áloe vera tiene un sabor ligeramente amargo, pero es algo que cuando se aplica a la piel es suavizante, por lo que nos habla de la dulzura de las cosas amargas…
La mirra es simbólica de la muerte. Se usaba para embalsamar y representa la dulzura que viene al corazón después que ha muerto a la voluntad propia, al orgullo y al pecado.
Qué encanto inefable parece rodear a algunos cristianos simplemente porque llevan sobre sus semblantes y espíritus afables la huella de la cruz. Es la evidencia santa de haber muerto a algo que una vez fue orgulloso y fuerte, pero que ahora se ha rendido para siempre a los pies de Jesús.
Y es también el encanto celestial de un espíritu quebrantado y un corazón contrito, la música hermosa que se eleva desde un tono menor y la dulzura producida por el toque helado en la fruta madura.
El incienso era un perfume que se manifestaba solo después de haber sido tocado por el fuego. La quema del incienso se convertía en nubes de dulzura surgiendo desde el corazón de las llamas.
Simboliza el corazón de una persona cuya dulzura ha surgido desde el fuego de la aflicción hasta que la parte santa y más profunda del alma se llena de nubes de alabanza y oración…