«Mi siervo Moisés ha muerto. Por eso tú y todo este pueblo deberán prepararse para cruzar el río Jordán y entrar a la tierra que les daré a ustedes los israelitas» (Josué 1:2).
En Josué 1:2 Dios está hablando de algo inmediato. No es algo que él vaya a hacer sino algo que ya ha hecho. Como la fe sigue hablando, Dios continúa dando. Él se encuentra con usted en el presente y prueba su fe. Siempre y cuando usted esté esperando, anhelando o buscando, no está creyendo.
Puede tener esperanza o un ardiente deseo por algo, pero eso no es fe, porque la «fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve» (Hebreos 11:1). El mandato respecto de la oración creyendo es: «Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán» (Marcos 11:24). Tenemos que creer que hemos recibido… en este momento presente. ¿Hemos llegado al punto donde nos hemos encontrado con Dios en su eterno AHORA?
—Joshua, por A. B. Simpson
La verdadera fe descansa en Dios y cree antes de ver. Naturalmente, queremos tener alguna evidencia de que nuestra petición ha sido concedida antes que creamos, pero
cuando «vivimos por fe» (2 Corintios 5:7), no necesitamos otra evidencia que la Palabra de Dios.
Él ha hablado y en armonía con nuestra fe será hecho. Veremos porque hemos creído y la verdadera fe nos sostiene la mayor parte del tiempo aun cuando todo a nuestro alrededor parezca contradecir la Palabra de Dios.
La fe que cree lo verá y evitará que nos desalentemos. Nos reiremos ante situaciones aparentemente imposibles mientras observamos con deleite cómo Dios abre un camino a través del Mar Rojo (ver Éxodo 14:21–31). Es en estos lugares de duras pruebas, cuando no hay salida humana posible, que nuestra fe crece y se fortalece.
Querido amigo atribulado, ¿ha estado usted esperando que Dios se manifieste durante largas noches y agotadores días, temiendo que le han echado al olvido? Alce su cabeza y empiece a alabarle ahora mismo por la liberación que está en camino.
—Life of Praise