«Sino que poseerán la región de los bosques. Desmóntenla y ocúpenla hasta sus límites más lejanos. Y a pesar de que los cananeos tengan carros de hierro y sean muy fuertes, ustedes los podrán expulsar» (Josué 17:18).
Siempre hay lugar en lo alto de los cerros. Cuando los valles están llenos de cananeos, cuyos poderosos carros de hierro no le dejan avanzar, váyase a los cerros y tome posesión de aquellas tierras altas. Si siente que ya no puede hacer más el trabajo para Dios, ore por aquellos que sí pueden.
Quizás no le sea posible mover cosas en la tierra con sus palabras, pero sí puede mover cosas en el cielo. Si pareciera que seguir creciendo es imposible en las bajas laderas debido a las limitadas posibilidades de servicio, a la necesidad de proveer para las necesidades del día a día u otros inconvenientes, deje que su vida florezca y alcance lo invisible, lo eterno y celestial.
Su fe puede nivelar la floresta. Aun si las tribus de Israel se hubieran dado cuenta de los tesoros que les esperaban arriba en los cerros, nunca en verdad hubieran soñado que sería posible cosechar aquellos espesos bosques. Pero como Dios les dio instrucciones para que despejaran los bosques también les recordó la capacidad que tenían para hacerlo.
La visión de llevar a cabo empresas aparentemente imposibles, como nivelar cerros cubiertos de árboles, no se nos da para desalentarnos. Tienen como propósito motivarnos para intentar hazañas espirituales que serían imposibles excepto por el gran poder que Dios nos ha dado a través de su Espíritu Santo viviendo en nosotros.
Las dificultades nos son enviadas para revelar lo que Dios puede hacer en respuesta a la fe que ora y trabaja. ¿Se siente usted exprimido por todos los lados en el valle? Si es así, entonces «lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra y lo alimentó… con miel… que hizo brotar de la roca» (Deuteronomio 32:13). Benefíciese de la riqueza que se halla en las terrazas por ahora ocultas por la floresta.
canto de los constructores del Canal de Panamá