La Fe un Don de Dios
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios. Efe. 2: 8. Ni siquiera podemos producir nosotros mismos nuestra fe; "es un don de Dios". La totalidad de nuestra salvación proviene del don de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
¡Cuánto me alegro! Proviene de una fuente de la que no podemos dudar. El es "el autor", pero, ¿se detiene allí? "El es el autor y consumador de nuestra fe" (Heb. 12: 2). ¡Gracias a Dios!
Nos ayuda a cada paso del camino que tenemos que recorrer, si estamos dispuestos a salvarnos de acuerdo con el plan señalado por Cristo, mediante la obediencia a sus requerimientos. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios".
"Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor" (Fil. 2: 12). ¿Qué significa esto? ¿Es una contradicción? Veamos qué dice al final: "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2: 12, 13).
¡Alabado sea Dios! Ahora bien, ¿quién podría desanimarse? ¿Quién podría desmayar? No se nos ha encargado a nosotros, frágiles y débiles mortales que obremos nuestra salvación de acuerdo con nuestros propios planes. Es Cristo quien obra en ustedes. Y éste es el privilegio de cada hijo e hija de Adán. Pero debemos trabajar; no debemos estar ociosos. Hemos sido puestos en este mundo para trabajar. No estamos aquí para cruzarnos de brazos.