«Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber» (Mateo 24:46).
Se cuenta una historia relacionada con la segunda venida de nuestro bendito Señor y la propagación general de esta preciosa verdad. Por fin llegó a las personas de color en el sur de Estados Unidos mientras trabajaban en los campos de algodón.
Dijo uno de los viejos hermanos negros: «¿Para qué vamos a seguir recogiendo algodón si el Señor regresa?». Y muchos estuvieron de acuerdo. Los recogedores de algodón dejaron de trabajar y el algodón se perdió en los campos.
Todos estaban ocupados asistiendo a conferencias y campamentos, cantando alabanzas de Dios y previendo su regreso.
El siguiente invierno hubo gran necesidad y privación porque las cosechas se habían descuidado de una manera deplorable.
Entonces uno de ellos que era evangelista, empezó a predicar sobre este versículo: «Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber».
No pasó mucho tiempo antes que los negros estuvieran otra vez cultivando su tierra y recogiendo algodón en las hileras.
«Negocien entre tanto que vengo».