«Al anochecer, Abram cayó en un profundo sueño, y lo envolvió una oscuridad aterradora»
Génesis 15:12
En Génesis 15:12 el sol finalmente se puso y la noche oriental extendió rápidamente su pesado velo sobre todo el escenario. Agotado por el conflicto mental y el esfuerzo y las tareas del día, «Abram cayó en un profundo sueño». Y mientras dormía, su alma estaba oprimida con una «oscuridad aterradora».
¿Se puede imaginar lo horrorosa que debe ser una oscuridad así? ¿Ha experimentado alguna vez una pena tan terrible que le haya parecido muy difícil reconciliarse con el amor perfecto de Dios; una pena que haya caído estrepitosamente sobre usted exprimiendo de su alma su descanso tranquilo en la gracia de Dios y lanzándola a un mar de oscuridad sin siquiera tener un mínimo rayo de esperanza? ¿Se ha preguntado si en realidad hay un Dios allá arriba que aunque ve lo que está sucediendo acá lo sigue permitiendo? Si usted conoce este tipo de pena, entonces sabe algo de esta densa «oscuridad aterradora».
La vida humana está hecha de brillo y de oscuridad, de sombras y luz del sol. Pero a través de todo eso, Dios está llevando a cabo su plan, afectando y disciplinando a cada alma individual.
Querido amigo, si usted está lleno de esa densa oscuridad aterradora, aprenda a confiar en la infalible sabiduría de Dios. Y sepa que Aquel que sufrió por esa «oscuridad aterradora» en el Calvario está listo para acompañarle a través de los «valles tenebrosos» (Salmos 23:4) hasta que pueda ver el sol brillando al otro lado.
Podemos darnos cuenta de que «tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza» (Hebreos 6:19). Y podemos saberque nuestra ancla estará tan firme que nunca cederá. Se mantendrá firme hasta el día que él regrese y entonces nosotros también la seguiremos hasta el refugio seguro garantizado a nosotros en la Palabra inamovible de Dios.
—F. B. Meyer