LA LEY DEL PERFECTO AMOR
"Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." Gálatas 6:2
La ley de Cristo es el amor: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros." (San Juan 13:34)
Jesucristo enfatiza el amor, que es un mandamiento antiguo, diciendo "un mandamiento nuevo os doy". ¿En qué sentido es nuevo? En que Él se pone por ejemplo, dando su vida hasta la muerte por nosotros. De modo que es un amor radical.
El amor que Cristo pide de nosotros no es un amor mediocre, a medias, tibio, conveniente para uno, ni de apariencias, sino uno que se haga cargo de los dolores del otro. Un amor que empatice con el sufrimiento del prójimo, que actúe más que hable acerca del amor.
Este amor no cuestiona el dolor del otro pensando qué motivos personales le condujeron a ese estado o si acaso Dios le está castigando. Este amor no argumenta, es un amor ingenuo que ayuda al indigente, al alcohólico, a la prostituta, al reo, al mendigo, al perdedor, a la víctima, al pecador, al ser humano que está roto, herido, traumado, derrotado.
De ese modo amó Cristo y sigue amando, comprendiendo nuestra naturaleza humana caída, teniendo misericordia y compasión de nosotros, bajando a nuestra humanidad y tomando forma de humano para sentir como nosotros.
De ese mismo modo nos pide que amemos a nuestros prójimos sobrellevando las cargas de los demás, compartiendo los unos los sufrimientos de los otros. No es un amor individualista sino solidario, compartido. Solo así podremos cumplir la ley de Cristo, que es la ley del perfecto Amor.