Oración Cuando Estamos Confundidos
Si mis planes chocan con los Tuyos, declaro ahora mismo: «Que se haga Tu voluntad». Si el propósito de este tiempo de confusión es tal que aprenderé a no apoyarme en mi propio entendimiento.
Oración Cuando Estamos Confundidos | Oraciones Diarias
Confía en el SEÑOR con todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y Él enderezará tus sendas. - Proverbios 3:5-6
Señor Jesús, confieso que no sé qué hacer y no puedo imaginarme las circunstancias. Hay algo que no comprendo de la situación. No puedo ver Tu mano y las acciones de los demás me han dejado perplejo.
Padre, necesito Tu ayuda. Reclamo Tu promesa: «Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Santiago 1:5). Señor Jesús, necesito Tu generosa sabiduría.
Entiendes todas las cosas y ves todos los aspectos de mi dilema, incluso los hechos y las fuerzas que desconozco que existen.
Tú ves las dificultades en mi comprensión, los problemas que no veo, el curso perfecto a seguir y cómo esto afectará mi futuro. Tú has formado los corazones de todos los implicados y comprendes todas sus heridas y sus obras.
Pienso en las palabras de Pablo en Romanos 11:33: «¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos!».
Eso es lo que eres, Señor. Con sabiduría has creado todas las cosas. Tú ves el final desde el principio. Nunca estás confundido. Nunca estás sin perfecto entendimiento, sin importar lo que pase.
Padre, Tú sabes qué hacer. Mis circunstancias no te sorprenden ni te dejan perplejo. Por lo tanto, mi Señor, Salvador, Proveedor y Defensor todopoderoso, ábreme Tu Palabra, haz de ella una lámpara a mis pies y luz para mi camino.
Si mis planes chocan con los Tuyos, declaro ahora mismo: «Que se haga Tu voluntad». Si el propósito de este tiempo de confusión es tal que aprenderé a no apoyarme en mi propio entendimiento, sino a seguirte más de cerca, entonces proclamo: «Aquí estoy, Señor. Tu siervo escucha». Si esto es para edificar mi fe, digo: «Creo; ayúdame en mi incredulidad».
Sea cual sea Tu propósito para este tiempo, te busco con todo mi corazón y me entrego a Ti por completo, con toda confianza de que me guiarás en la senda de la vida y en el centro de Tu perfecta voluntad. Gracias por amarme, por darme el entendimiento de esta situación y por mostrarme qué hacer.
En el nombre de Jesús, te lo pido. Amén.