El Amor un Camino de Ida
El mundo actual nos invita a vivir en un sistema donde el ser humano es usuario, el centro y todo debe ir hacia él. Pareciera ser que todas las sensaciones deben venir hacia uno.
Que se sigan desarrollando “entretenimientos” para su satisfacción es algo de todos los días.
El ser humano esta en el centro de todo. Pero no como un ser que convive con el resto sino como el receptáculo de circunstancias, de información, de placer, de sensaciones, de nuevos puntos de observación.
Y cuando todo gira de este modo, su función es apretar el botón correcto, hacer la aprobación necesaria o simplemente entregarse en los brazos del placer adictivo, lúdico o sensorial al que este inducido en ese nanosegundo de su existencia.
El mundo nos está entrenando para ser observadores de una realidad que viene hacia mí.
El amor es entrega, no intercambio
Pero Dios plantea una vida diferente. Y el amor es la máxima expresión de su plan y del estilo de vida que El desea para nosotros.
Y lo maravilloso esta semana es comprender su esencia y disfrutar la vida como El la diseñó. Dejemos de ser espectadores de nuestras propias vidas y pasemos a ser protagonistas amando en cada segundo de nuestro diario vivir.
Pero algo clave para salir a vivir la vida con pasión: El amor es entrega, no intercambio.
Con Laura, mi esposa, llevamos 20 años tratando con parejas en consejería. Y cada vez la balanza se inclina mas al mismo nivel de problema.
Muchísimas parejas se relacionan estrechamente por lo que el otro hace.
No sabes cuanto lo amo!!! -, escuché decir- Me trae flores todos las semanas.
Ella es lo mas grande!!!- exclamó el muchacho – me hace una comida riquísima.
Es hermoso poder bendecir al otro!!
No estamos diciendo que eso no suceda. Lo que digo es que eso no es amor. Puede ser el fruto del amor, pero no el amor en sí. El amor no es intercambio es “entrega”.
Comprometidos a Amar
La Palabra de Dios dice que de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).
No nos dice que esto sería así pero solo con la condición que creyeran tanta cantidad de millones de personas, o siempre y cuando tuviera reciprocidad en el amor derramado. El amor es incondicional pero el “intercambio” es condicional. El intercambio solo existe cuando las partes dan algo a cambio. Si esto no sucede deja de existir… Cuando la vida comienza a ponerse mas comprometida a causa de los hijos, a causa de las obligaciones, o de las circunstancias, solo una vida de entrega comprometida (o sea amor) puede hacer que ese matrimonio crezca y se fructifique. “Ya no me cuida” , “Solo se ocupa de los niños”, se escucha decir por aquellos que quienes tienen una perspectiva del amor bien limitada, les impide generar acciones de bendición para el ser que Dios puso a su lado. La entrega es incondicional. No pide nada a cambio. Solo da. Es un regalo. Y como tal uno no anda pidiendo que sea usado en tales características o momentos. Y cuando es llevado a la práctica genera gran gozo y felicidad en aquellos que comprendieron el diseño divino. Amor, Amor, Amor Cada día de mi vida puedo disfrutar de amar con todo mi ser a la mujer que Dios puso a mi lado. Y de disfrutar y ver como ella me ama. La veo en los pequeños detalles siendo un regalo constante para cada uno de nosotros. Y vivir en esos espacios es lo mas hermoso que nos puede suceder y es lo que el mundo quiere quitarnos. El amar es muy diferente a los “actos de comercio”. Los mismos tienen un producto que se comercializa entre las partes por un valor establecido. Y que mientras exista el producto o la compraventa existe la relación. Relaciones comerciales, relaciones laborales, relaciones comunitarias nos hacen creer que es la manera que debemos también tratar con nuestros conyugues o con nuestros hijos. Y allí no hay intercambio, solo debe haber entrega. Como padres no ponemos en consideración despertarnos la cantidad de veces que sea necesaria para cuidar a alguno de nuestros hijos en enfermedad o necesidad. Solo lo hacemos. Y la fuerza, la energía sale de tu interior por el amor que hay en ti por esa criatura. Solo quieres entregarle (no intercambiar) todo lo que tienes para verlo dichoso, feliz, sonriente. Y eso ya es motivo suficiente de completitud para que todo lo hecho tenga fundamento. El amor no necesita recompensa, solo necesita un camino de ida. Es en si un camino de ida, por el que eliges transitar en pos del otro, en darle todo aquello que puedes. Hoy es el primer día del resto de tu vida. Y hemos sido llamados a vivir una vida de ida, no de ida y vuelta. Hemos sido invitados a amar al otro. Hemos sido llamados por Dios a ser entrega, no intercambio. A no solo estar presente para el otro, sino a ser un presente. La sociedad en la que vivimos busca que tu seas el centro de todo lo que tiene para ti. Pero un centro solitario, aislado, que solo se relaciona con el otro para intercambiar. Dios te diseñó como parte de un cuerpo donde fuiste llamado a dar de tu tiempo, de tus talentos, de tu ser. Y así será como verás que no hay nada mas maravilloso que amar. Sin esperar recibir. Vive este día buscando bendecir al corazón ajeno y comprenderás que mas dichoso es dar que recibir. No pierdas esta gran oportunidad que se llama vida para disfrutarla a pleno. Y una vez mas, muchas gracias por permitirnos estar en tu presencia, para que juntos podamos estar en La Suya.