No Esperes Demasiado | Historias Cortas para Reflexionar | Hebreos 3:7-10, 12-13
Acepta a Jesús ahora
UN DOMINGO POR la mañana en la iglesia, un visitante llamado Pedro Black compartió el testimonio de lo que el Señor estaba haciendo en su vida.
Jeremías casi no podía creer lo que estaba escuchando. Este hombre había sido un criminal, y durante veinte años había entrado y salido de la cárcel. Ahora era un hombre creyente que le hablaba a la gente acerca de Jesús. ¡Qué emocionante!, pensó Jeremías. ¡Cómo quisiera tener yo un testimonio como ese!
Después del servicio, los padres de Jeremías invitaron al señor Black a su casa para almorzar. Cuando se sentaron a la mesa, el huésped le sonrió a Jeremías y le dijo:
—Tu mamá me dijo que tú también eres creyente.
—Así es—le respondió Jeremías—. Pero yo tenía solo cinco años de edad cuando le pedí a Jesús que entrara a mi corazón. No tengo una historia para contar como la que tiene usted.
El rostro del señor Black se entristeció.
—Hijo, yo he pasado la mitad de mi vida en la cárcel —le dijo—. Debido a que estuve en la cárcel, me cuesta mucho encontrar trabajo. Me he casado y me he divorciado dos veces, y tengo tres hijos que casi no me conocen. Tengo mala salud debido a que bebí mucho alcohol y a las drogas que usé. Estoy muy contento de que finalmente acepté al Señor, pero eso no quitó de mi vida las terribles consecuencias de los pecados que cometí en el pasado. ¡Dale gracias a Dios de que tú conociste al Señor de niño!
«Señor, te doy gracias —oró Jeremías en silencio—. Gracias por salvarme cuando era un niño pequeño, porque puedo servirte durante toda la vida».
PARA REFLEXIONAR: ¿Aceptaste a Cristo como tu Salvador cuando eras pequeño? Si es así, dale gracias a Dios, y toma la determinación de vivir toda la vida sirviéndolo. Si todavía no has aceptado al Señor, no demores ni un día más. Acéptalo hoy. Si esperas, tus pecados te pueden dejar cicatrices que llevarás durante toda la vida. S. L. K.
TEXTO BIBLICO PARA MEMORIZAR: En el momento preciso, te oí. [...] Hoy es el día de salvación. 2 Corintios 6:2