Cómo Cumplir la Voluntad de Dios
La fuerza de voluntad es útil, pero solo nos lleva hasta un punto, luego necesitamos que el poder sobrenatural intervenga. Recuerde, Jesús dijo que apartados de Él nada podemos hacer. Juan 15:5. Joyce Meyer
Cómo Cumplir la Voluntad de Dios. Predicas cortas de Joyce Meyer
Conocer la voluntad de Dios es una cosa, pero cumplirla es otra. El conocimiento debe siempre ser seguido por la acción, de otra forma no tendría ningún poder. Jesús les dio a sus discípulos un ejemplo de servicio al lavar sus pies, y luego les dijo: «Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis» (Juan 13:17).
Si usted es como yo, encontrará que a veces quiere hacer la voluntad de Dios —incluso tiene la intención de hacerla—pero de algún modo parece que no puede lograrlo. El apóstol Pablo experimentó el mismo dilema y describe esto con exactitud en el capítulo 7 del libro de Romanos: "Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago". Romanos 7:19
Él continuó diciendo que era infeliz, miserable y desdichado, y que necesitaba ayuda. Luego, como si viera la luz, exclamó: «Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro» (Romanos 7:25).
¡Esto me lleva de nuevo a lo que comenté previamente, lo cual es que Dios desea que usemos nuestro libre albedrío para elegir hacer su voluntad, y luego que descansemos en Él y su gracia a fin de obtener el poder para lograrlo!
Quiero enfatizar esto, porque pienso que hay dos errores que podemos cometer en lo que respecta a hacer la voluntad de Dios. En primer lugar, podemos tratar de hacer la voluntad divina solo por medio de la fuerza de voluntad, pero entonces experimentamos frustración y decepciones, ya que siempre fallaremos.
La fuerza de voluntad es útil, pero solo nos lleva hasta un punto, luego necesitamos que el poder sobrenatural intervenga. Recuerde, Jesús dijo que apartados de Él nada podemos hacer (véase Juan 15:5), y hablaba en serio.
Por supuesto, hay cosas que podemos intentar haciendo uso de la pura determinación, pero tales intentos a menudo se encuentran con el estrés y la ansiedad. Al descansar por completo en Jesús, podemos hacer lo que Dios quiere que hagamos con su poder (gracia), le damos a Él el crédito, y disfrutamos de una paz y un gozo formidables.
En segundo lugar, resulta tonto pensar que podemos obtener aquello que es la voluntad de Dios sin hacer la decisión de lograrlo. Las personas pasivas se sientan ociosamente y esperan que algo bueno les suceda, pero no hacen nada para asegurarse de que se convierta en una realidad.
Ellos pueden engañarse pensando que si algo es la voluntad de Dios, entonces Él hará que esto tenga lugar sin que ellos hagan nada en absoluto. Por ejemplo, es la voluntad de Dios que tenga un trabajo si lo necesita, pero usted tiene que salir a buscarlo. Nosotros somos socios de Dios. Tenemos una parte y Dios tiene una parte. No podemos hacer su parte, ni Él puede hacer la nuestra.
Nuestra parte es estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, y la parte de Dios es revelarnos su voluntad y darnos su poder para hacerla. Cuando oramos para que Dios resuelva un problema por nosotros, con frecuencia Él nos da algo que hacer, y podemos estar seguros de que nos dará la energía para realizar cualquier cosa que nos pida.
El apóstol Santiago dijo que si escuchamos la Palabra de Dios, pero no hacemos lo que dice, nos estamos engañando a nosotros mismos al razonar lo que es contrario a la verdad (Santiago 1:22). Repito, vemos que el conocimiento es inútil sin la acción, pero si no empleamos el método apropiado para una «acción» exitosa, siempre terminaremos experimentando fracasos y frustraciones.
Antes de que aprendiera lo que estoy compartiendo, recuerdo claramente escuchar en la iglesia conmovedores sermones sobre la necesidad de tener mejores pensamientos, palabras más piadosas o una mejor actitud. Yo estaba de acuerdo y siempre me sentí convencida por la Palabra de la necesidad de un mejoramiento, así que rápidamente iba a casa y «trataba» de cambiar.
"Por supuesto, siempre fallaba, ya que había dejado a Dios fuera del asunto. Estaba intentando hacer su voluntad con mis propias fuerzas. Sin pedir su ayuda (gracia)."
No obstante, pude haber estado dispuesta a pedir la gracia de Dios y aun así no haber tenido la disposición de hacer algo por mí misma y también fracasar. Dios no hace todo por nosotros, pero sí obra a través de nosotros, y por nuestra parte hacemos las cosas mientras descansamos por completo en Él.
El apóstol Pablo dijo que él había trabajado más duro que nadie, pero que realmente se trataba de Dios obrando en y a través de él para producir los buenos resultados:
Por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo. 1 Corintios 15:10
Estamos equivocados si pensamos que podemos hacer lo que necesita ser hecho por nosotros mismos, y estamos equivocados si creemos que Dios hará todo por nosotros. La Biblia nos enseña que Dios de manera habitual obra en y a través de las personas para cumplir su voluntad.