Siervos Inútiles
La vida cristiana mayormente es vivir las enseñanzas de Jesucristo, cosa que no es tan fácil pues somos carne y estamos inclinados a muchas debilidades.
SIERVOS INÚTILES
“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.” Lucas 17:10
Todos sabemos cual es la voluntad de Dios. Ningún cristiano, católico, protestante o de otra denominación, puede alegar desconocimiento de la Palabra y la Ley de Dios. Si no es un buen lector de la Biblia, por lo menos escuchará cada domingo o sábado, su lectura y comentario por parte del ministro del Señor. Así es que no somos ignorantes de Su Divina voluntad.
La vida cristiana mayormente es vivir las enseñanzas de Jesucristo, cosa que no es tan fácil pues somos carne y estamos inclinados a muchas debilidades, como el orgullo, los apetitos del cuerpo y el deseo de satisfacer aquello que es contrario al espíritu. Cual más, cual menos tiene esta lucha y cuando sale victorioso de ella, se siente muy bien consigo mismo, tranquilo y satisfecho de ser un buen discípulo del Maestro.
Sin embargo en este texto Él no nos aplaude, ni refuerza nuestra vanidad o autoestima personal, sino que nos dice “cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”
Si no comprendemos el fondo de estas palabras, pensaremos que estamos ante un Dios cruel, insensible y desagradecido, pero no es así. El propósito de las palabras que nos aconseja pronunciar, luego de haber hecho Su buena voluntad, “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” es que consideremos que cumplir Sus mandamientos no es un favor para Él, puesto que ello nos hace bien a nosotros mismos.
Hacer Su voluntad es nuestro deber y necesidad. La “inutilidad” a la que se refiere el versículo, es que ninguna acción o iniciativa humana puede agradarle, sino sólo Su voluntad, que es agradable y perfecta. Dada nuestra naturaleza caída, todo esfuerzo y acción humana en si misma es “inútil”, sólo aquello que se genera en Dios es útil y santo. La palabra “inútil” ofende a nuestro orgullo que piensa ser alguien importante que merece el agradecimiento de Dios. ¡Qué vanidad! Y Jesús la deja en evidencia.
Hermanos y amigos: no estamos ante un Dios que desconozca nuestra condición y naturaleza. Todo lo contrario, Él nos creó y conoce nuestras limitaciones. Él sabe que el ser humano es presa del mal y conoce nuestra debilidad. Por eso necesitamos hacer Su voluntad y no la nuestra para alcanzar la felicidad. Él es el Señor, el Dueño de tu vida, tú y yo somos sus siervos, siempre dispuestos a hacer lo que debemos hacer. Todo lo demás es inútil.