Las promesas de Dios son declaraciones divinas que se encuentran en las Sagradas Escrituras que garantizan el cumplimiento de algo en particular. Estas promesas pueden ser de diferentes tipos y abarcar diversos aspectos de la vida humana, como la salvación, la provisión, la protección, la sanidad, la paz, la sabiduría, la dirección, entre otros.
Las promesas de Dios son verdades eternas que nunca cambian. En la Biblia, encontramos muchas promesas de Dios que han sido cumplidas y muchas otras que aún están por ser cumplidas, pero podemos confiar en que se cumplirán tal como están escritas, porque Dios es fiel y no cambia.
Aunque las promesas de Dios son seguras y confiables, muchas veces están condicionadas a nuestra obediencia y fidelidad. En la Biblia, encontramos muchas promesas que están dirigidas a aquellos que buscan a Dios y obedecen sus mandamientos.
Es absolutamente revolucionario el pensamiento que Pablo expresa en este texto pues pone en jaque al pueblo judío y a todo religioso cuya espiritualidad está basada sólo en las apariencias.
Existen dos maneras erradas de lidiar con el odio. La primera es la explosión de ira, cuando el individuo, como un volcán en erupción, suelta la boca para difamar al prójimo. Devocional diario en Proverbios 10:18
Cada vez que te aventures en tu vida de fe, encontrarás algo que, desde un punto de vista del sentido común, la contradice totalmente. Pero el sentido común no es fe, y la fe no es sentido común. Devocional diario en Juan 11:40
El cristiano ligado íntimamente a Jesús nunca llamará la atención sobre sí, sino que mostrará sólo la evidencia de una vida en la que Jesús le controla totalmente. Devocional diario en Juan 14:9
Si deseo medrar en el alma, no debo almacenar mis provisiones, sino que he de distribuir a los pobres. Ser mezquino y tacaño es el camino del mundo hacia la prosperidad, pero no es el camino de Dios. Proverbios 11: 25