Las promesas de Dios son declaraciones divinas que se encuentran en las Sagradas Escrituras que garantizan el cumplimiento de algo en particular. Estas promesas pueden ser de diferentes tipos y abarcar diversos aspectos de la vida humana, como la salvación, la provisión, la protección, la sanidad, la paz, la sabiduría, la dirección, entre otros.
Las promesas de Dios son verdades eternas que nunca cambian. En la Biblia, encontramos muchas promesas de Dios que han sido cumplidas y muchas otras que aún están por ser cumplidas, pero podemos confiar en que se cumplirán tal como están escritas, porque Dios es fiel y no cambia.
Promesas de Dios en la Biblia sobre la Oración: MATEO 26:41 Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
Aunque las promesas de Dios son seguras y confiables, muchas veces están condicionadas a nuestra obediencia y fidelidad. En la Biblia, encontramos muchas promesas que están dirigidas a aquellos que buscan a Dios y obedecen sus mandamientos.
CONFÍA EN MÍ, dejando el control en mis manos. Mantente quieto y reconoce que yo soy Dios. Este es mi mundo: Yo lo hice y yo lo controlo. Cuando vuelvas a presentarme tus peticiones, sigue dando gracias por las respuestas que vienen en camino. Salmos 46:10
Entendamos que esta experiencia no es la salvación de Isaías sino la purificación, limpieza y preparación de su alma para el ministerio profético. La visión que ha tenido el profeta le ha quebrantado y producido gran dolor, pero ha sido para arrepentimiento.
Cuándo Cristo vino a mi corazón mi vida entera cambió. Su paz y su amor alejaron de mí las dudas, las sombras y el temor. Mi vida comenzó cuando Jesús llegó. Qué lindo es haber dicho sí a Jesús cuando nos llamó.
Jesucristo enfatiza el amor, que es un mandamiento antiguo, diciendo "un mandamiento nuevo os doy". ¿En qué sentido es nuevo? En que Él se pone por ejemplo...
Cuando creemos en el Crucificado nos unimos a Él y el pecado deja de ser nuestro estilo de vida. Luego, como Resucitado nos da Su Vida y vivimos cada día para Él. Romanos 6:10