Las promesas de Dios son declaraciones divinas que se encuentran en las Sagradas Escrituras que garantizan el cumplimiento de algo en particular. Estas promesas pueden ser de diferentes tipos y abarcar diversos aspectos de la vida humana, como la salvación, la provisión, la protección, la sanidad, la paz, la sabiduría, la dirección, entre otros.
Las promesas de Dios son verdades eternas que nunca cambian. En la Biblia, encontramos muchas promesas de Dios que han sido cumplidas y muchas otras que aún están por ser cumplidas, pero podemos confiar en que se cumplirán tal como están escritas, porque Dios es fiel y no cambia.
Promesas de Dios en la Biblia sobre el Discipulado: JUAN 12:26 Quien quiera servirme, debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.
Promesas de Dios en la Biblia sobre el Dominio Propio: MATEO 16:24 Luego dijo Jesús a sus discípulos: —Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme.
Aunque las promesas de Dios son seguras y confiables, muchas veces están condicionadas a nuestra obediencia y fidelidad. En la Biblia, encontramos muchas promesas que están dirigidas a aquellos que buscan a Dios y obedecen sus mandamientos.
Servir es seguir los pasos del Maestro y hacer como Él. Servir, más que un deber, es una vocación, un llamado del Señor a todo cristiano, de la Iglesia que sea. Jesús dijo: de gracia recibisteis, dad de gracia. Devocional diario en Juan 12:26
Cuando busques la forma de enfrentar alguna situación específica y me incluyas en tus pensamientos, eso me demostrará que confías en mí. Mi Presencia continua es una promesa que te garantiza que nunca tendrás que enfrentar nada solo. Salmo 52:8
Las soluciones humanas son siempre externas: pedir un préstamo o re pactar la deuda; o acudir a un profesional experto en problemas sociales, legales, psicológicos o médicos
Las piedras para construir la casa del Señor eran labradas en la misma cantera. El apóstol Pedro dice que los cristianos somos semejantes a piedras con las cuales Dios levanta Su Iglesia. 1 Reyes 6:7