Las promesas de Dios son declaraciones divinas que se encuentran en las Sagradas Escrituras que garantizan el cumplimiento de algo en particular. Estas promesas pueden ser de diferentes tipos y abarcar diversos aspectos de la vida humana, como la salvación, la provisión, la protección, la sanidad, la paz, la sabiduría, la dirección, entre otros.
Las promesas de Dios son verdades eternas que nunca cambian. En la Biblia, encontramos muchas promesas de Dios que han sido cumplidas y muchas otras que aún están por ser cumplidas, pero podemos confiar en que se cumplirán tal como están escritas, porque Dios es fiel y no cambia.
Promesas de Dios en la Biblia sobre la sinceridad: 1 TIMOTEO 1:5 Debes hacerlo así para que el amor brote de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.
Aunque las promesas de Dios son seguras y confiables, muchas veces están condicionadas a nuestra obediencia y fidelidad. En la Biblia, encontramos muchas promesas que están dirigidas a aquellos que buscan a Dios y obedecen sus mandamientos.
Promesas de Dios en la Biblia sobre la Soltería: SALMO 68:6 Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto.
Podemos convivir con muchas dificultades y sacrificios, pero cuando percibimos que hemos sido tratados con injusticia nos sentimos traicionados en lo más profundo de nuestro ser, especialmente cuando viene de aquellos que más amamos.
¿Por qué un Dios de amor nos dice que la sabiduría comienza cuando lo tememos? Porque cuando nos acercamos al Santo con una familiaridad informal, no vivimos la realidad. No lo tomamos con la seriedad que deberíamos.
La fe debe ser una de las cualidades que distingue al siervo del Señor. Existe en el pueblo de Dios, sin embargo, bastante confusión acerca de este tema. Para muchos la fe no es más que un deseo de que las cosas salgan bien
Dios tiene un plan inmutable para nuestra vida, aunque esta pueda dar giros inesperados. Tengamos eso presente hoy día. El inicio de año es un tiempo en que las personas revisan el pasado y adoptan un nuevo comienzo.
Es absolutamente revolucionario el pensamiento que Pablo expresa en este texto pues pone en jaque al pueblo judío y a todo religioso cuya espiritualidad está basada sólo en las apariencias.